Hoy estrenan Agora, la nueva película de Amenabar en que nos transporta en el tiempo hasta el Antiguo Egipto bajo el Imperio Romano. Algunas personas consideran esta época poco interesante desde el punto de vista egiptológico, incluso no la consideran como parte del mundo antiguo. Pero la verdad es que esta época nos aporta mucha información valiosa sobre tiempos anteriores y sobre cómo entendían el mundo y la realidad que les rodeaba. Una de las cosas más difíciles de plasmar en libros y películas es precisamente la mentalidad del mundo antiguo, tan diferente a la nuestra hasta el punto que la interpretación que hacían del entorno era diferente a la nuestra. Cuando leemos novelas o vemos películas estamos consumiendo una adaptación a nuestro pensamiento moderno en cuanto a parámetros lógicos, racionales y éticos. En consecuencia, reproducir fielmente una escena de vida cotidiana del mundo antiguo es algo realmente difícil y poco comercial, ya que los actores deben sentir y expresarse como los espectadores sienten para poder transmitir un código compartido de emociones y expresiones que no eran las mismas entonces.
La verdad no se porque me enrollo tanto en aclarar este punto, quizás porque mañana iré a ver la película y tengo tantas expectativas como miedo a encontrarme con algo demasiado comercial. Sea lo que sea, me emocionará ver la ciudad de Alejandría y su biblioteca. Quizás, con la pérdida de ese
templo del saber se puso punto final al mundo de los antiguos.
Otra cosa a destacar de estos últimos meses ha sido la exposición de las réplicas de la tumba de Tutankamón en Barcelona.
Las piezas han sido reproducidas por artesanos egipcios y alemanes que en general han hecho un buen trabajo en la reproducción, pero el éxito más notorio es la concepción didáctica y pedagógica para todos los públicos. La he visitado tres veces por varios motivos y ha valido la pena. Esta última vez fui con una amiga que se interesó por una estatua de la tienda de la exposición. Nos dijeron que nos costaría muy caro y pasados unos segundos nos la vendían por 800 euros pero nosotros solo ofrecíamos hasta 150. El encargado llamó al director de la exposición en Alemania y nos dejó un "last price" por 600 euros que obviamente no aceptamos. Esta escena que vivimos era la mejor reproducción egipcia, lástima que al salir del edificio no nos siguieran detrás.
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